Oh hada.
Oh niña.
Oh gata negra.
Oh musa.
Oh hada que danzabas entre los árboles que eran mis sueños.
Oh niña que reía inocente y buscaba mi protección.
Oh gata negra, que me seducías en la noche, me deleitabas con tu rebeldía y arañabas mi alma con pasión.
Oh mi musa. Tú que inspiraste mi espíritu. Tu aroma, el calor de tu carne, el frescor de tu sonrisa, tu alegría... servían de alimento a mi imaginación y alentaban mil y una historias fugaces.
Hada porque eras fantasía.
Niña porque eras inocencia.
Gata porque eras indomable y salvaje.
Musa porque eras inspiración.
Yo:
Cuentacuentos.
Niño.
Perro fiel.
Duende.
Un mero bufón. Un iluso cuentacuentos que necesitaba recordar que todo cuento tiene un final. Un niño que se siente desarropado. Un perro extraviado. Un duende sin ganas de reír.
Bufón y cuentacuentos porque mi alma anhela crear, divertir y hacer pensar.
Niño porque necesito cariño y hogar y deseo reír.
Perro porque busco a quien ser fiel.
Duende porque amo la naturaleza, lo oculto y la diversión.
Y en ocasiones:
Soy escritor.
Soy lobo.
Soy ángel.
Escritor de penas y alegrías. Moldeo las palabras a mi antojo y hago sentir maravillas a mis lectores.
Lobo fiel a su manada. Poderoso, ágil y atento a los míos. Criatura noble, temido por el hombre.
Ángel porque despliego mis alas y vuelo. Me elevo y veo todo el mundo a mis pies, y sólo deseo el bien.
Escritor porque moldeo los sentimientos.
Lobo porque me siento poderoso.
Ángel porque puedo volar.
Dualidad, complejidad, dudas, verdad...
Nudos en mi alma, claridad...
Dicha, alegría, pena tristeza...
¿Es ésta el alma de Dios?
¿Son las condiciones para crear?
¿Para dar forma y nombre?
Espero que sí, porque así es mi alma, así ha sentido y así siente. Un alma que cree conocer el dolor y que conoce la alegría. Un alma que busca expandirse, regalar un pedacito de sí misma a cada persona. Un alma que ama el mundo, la vida, la fantasía, la realidad. Un alma que ya no teme a la muerte. Un alma que se siente grande. Un alma que se sabe insignificante. Un alma que ha conocido el miedo a la soledad y lo ha atravesado.
Y hoy, frente al papel, descubro que conozco el secreto de la felicidad y que soy capaz de crear. Hoy sé que soy amor, que soy tristeza. Soy el amor no correspondido, soy la amistad, soy todos vosotros. Soy mentiras. Soy la verdad. Sólo soy uno más que sueña con volar.
Sueños.
Sentimientos.
Un punto.
Todo.
Nada.
Eternidad.
Palabras sin definición, conceptos que la mente sólo llega a tocar con la punta de sus metafísicos dedos... Ideas salvajes que amenazan nuestra tranquilidad. Deseo domarlas, plasmarlas, atarlas con mi arte y acercarlas más a nuestro entendimiento.
Ciencia.
Matemáticas.
Mecánica.
Electricidad.
Medicina.
¿De qué sirve el avance, vivir más y más cómodo si ya no hay sueños?¿Si ya no hay esperanza? En qué sociedad vivimos donde la vagancia, la incultura, el asesinato, se premian con honores y fama mientras se expulsa de su pódium, del lugar que les corresponde, a aquellos dadores de esperanza, de conocimiento. ¿Quién ha expulsado a los verdaderos artistas de su trono?
Luchad.
Gritad.
Corred.
Pintad.
Escribid.
Cantad.
Tocad.
Sentid.
Levantaos creadores y mostrad al mundo una vez más que la belleza es el alimento del alma. Que los sentimientos deben ser compartidos y los sueños realizados. Acercad la ilusión al pueblo, abridle los ojos a quienes la luz hace daño por tenerlos tanto tiempo cerrados. Resucitad la ilusión y la esperanza en los corazones apagados y devolvamos al hombre el lugar que le corresponde entre los dioses.
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