¿Qué tienen todos los ríos que hacen que nuestro espíritu siempre quiera cruzar al otro lado? ¿Quizá buscamos la purificación, la transmutación o meramente seguir a delante?
Está a mi izquierda, apoyando la barbilla sobre sus brazos cruzados. El viento agita su preciosa melena y me distrae el contraste de sus labios con su nívea piel, como un rubí expuesto sobre un lino blanco para realzar su pureza. Hago un comentario banal, para intentar romper el hechizo y hace un amago de sonrisa, pero su vista sigue fija en el horizonte. Daría un trozito de mi alma por saber qué piensa, igual está dando forma a las nubes, intentando describir el bramido de las aguas a nuestros pies o bailando con gigantes en las escarpadas cumbres del Pirineo...
Ojalá pudiese verse con estos ojos de loco y guardar dicha impresión en su memoria, pues yo al menos no podré olvidarla jamás.
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Uf, seguro que estaba pensado la última tontería que podrías imaginar, a veces las personas que más parecen ensimismarse en sus pensamientos son las que tienen pensamientos más simples
ResponderEliminarYo solo sé que estabas, y eres, preciosa
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